"No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación de todo aquel que cree". (Romanos 1:16)

abril 04, 2007

"El cumpleaños del mundo"

¡Gloria a Dios porque Jesucristo vive! ¡Bendito sea Su nombre porque la muerte no lo retuvo!

"Barred la levadura vieja para ser una masa nueva" (1º Corintios 5:7).
"El que vive en Cristo es una criatura nueva. Lo viejo ha pasado, ha llegado lo nuevo" (2º Corintios 5:17).

"Hoy es el cumpleaños del mundo.
Es la fiesta que celebra el nacimiento de un nuevo mundo.
'Este es el día en que actuó el Señor: aleluya, aleluya', repetimos en el salmo responsorial de la misa del domingo de pascua.
Sí. Este es 'el día' por excelencia.
El día que ha hecho el Señor".


Desde antes de la fundación del mundo, desde antes del día en que el Verbo separó la luz de las tinieblas, desde antes que todo fuese creado, este día ya había sido establecido. El día en el que el mundo "cumpliese años". El día en el que la historia del mundo presentara un quiebre, un indiscutible antes y después.

"Los demás días los hemos hecho nosotros. Son obra nuestra.
Los días de la traición, del abandono, de la huida, de las negaciones, del odio, de la cobardía, del pecado, los hemos inventado nosotros. Forman parte de nuestro 'viejo' calendario.
Hoy, por el contrario, es el día creado por el Señor.
Es la primera mañana del mundo.
Es un día 'nuevo'.
Es el día que inaugura un mundo nuevo.
Es el primer día de la nueva creación.
Nosotros hemos inventado las tinieblas. Él nos ofrece la luz.
Nosotros hemos acumulado suciedades. Él nos inunda de agua purificadora.
Nosotros hemos buscado la muerte. Él nos regala la vida.
Nosotros nos hemos especializado en amontonar dolores, en destruirlo todo. Él ha decidido 'rehacerlo' todo de arriba abajo, a costa suya.
Nosotros hemos fabricado el odio. Él ha respondido con el perdón.
Nosotros hemos elegido el pecado. Él ha reaccionado con la misericordia.
Nosotros le hemos condenado. Él nos ha 'indultado'".


Frente a nuestra montaña de errores, de incomprensiones, de maldades, de rebeliones, Dios decide, en un acto de incondicional amor, hacerla a un lado. Mejor dicho, poner delante una cruz que le impida verla. Olvidarse. Hacer "como si no hubiese pasado nada". El apóstol Pablo lo explica así:

"Estábamos muertos en nuestros pecados. Sin embargo, Dios nos dio vida en unión con Cristo, al perdonarnos todos los pecados y anular la deuda que teníamos pendiente por los requisitos de la ley. Él anuló esa deuda que nos era adversa, clavándola en la cruz". (Colosenses 2:13-14)

"Éste es el día del 'paso'.
Paso del hombre viejo al hombre nuevo.
Nos trasladamos del mundo viejo a un mundo nuevo.
"Cristo, nuestra pascua" (1º Corintios 5:7).
Pascua, literalmente, significa paso.
Ahora bien, Cristo es nuestro 'paso'.
En Él pasamos de un estado de separación a una relación de comunión. De una situación de muerte a la vida.
La piedra sepulcral es la que nos encerraba en nuestro mundo viejo, cansino, inhabitable. El mismo mundo decrépito, sofocante, en el que hemos quedado apresados.
Cristo ha arrojado lejos aquella piedra.
Y nosotros hemos salido con Él fuera de la prisión.
Él nos ha hecho pasar a un mundo nuevo.
Él es nuestro paso.
Nos ha hecho desalojar un mundo viejo, para introducirnos en la tierra prometida.
De la esclavitud a la libertad.
De nuestra miserable contabilidad al reino de la gratuidad".


Y así, a través del sacrificio de Cristo, 'pasamos' de muerte a vida. Esto es claro, con tal que así lo elijas. Es decir, "la fuerza de gravedad de tus culpas te hará precipitar en el abrazo de la misericordia. Con tal que tú quieras". Cristo vino al mundo... No, mejor dejo que sea Juan quien lo diga mejor:

"Dios amó tanto al mundo, que dio a su único Hijo, para que todo el que cree en Él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de Él. El que cree en Él no es condenado, pero el que no cree ya está condenado por no haber creído en el nombre del Hijo unigénito de Dios" (Juan 3:16-18).

En síntesis, "si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo". Así es como 'pasas' de muerte a vida.

"A través de este 'paso' hemos salido de la celda oscura y a duras penas los ojos logran soportar la luz que encontramos a la salida.
Cristo, hoy, nos ofrece 'su' día.
Nos entrega un mundo nuevo.
Y la única recomendación es la de no volver atrás. Ni siquiera para recoger nuestros pobres harapos.
Tenemos que cortar las ataduras con lo viejo, con el odio, con las divisiones.
No echar de menos nuestro calendario.
Se trata de seguir su calendario, lleno de novedad.
Habituémonos a la luz, al amor, a la libertad.
En suma, hoy el mundo tiene un agradable olor a pintura reciente.
Y el constructor-reparador nos invita a mantenerlo siempre nuevo.
Hoy, todo recomienza desde el principio.
Y cada uno de nosotros debe abandonar las viejas costumbres, para ser 'nueva criatura'.
Hoy, cada uno de nosotros es un principiante".


Hace poco menos de dos mil años el mundo cambió. El hombre dejó de estar separado de Dios a causa de su maldad. Cristo se hizo cargo de ella. A partir de ese momento, todos podemos acercarnos a Dios: "Acérquense a Dios, y Él se acercará a ustedes" (Santiago 4:8). Hoy se celebra el aniversario del mundo. Se recuerda ese cambio radical en la historia del hombre. Sin embargo, lo más importante, es que ese hecho ocurrido hace tanto, tanto tiempo, cambia nuestras vidas hoy. Desde el momento en que reconoces su trascendencia para tu vida, comienzas a tener un nuevo cumpleaños: el día en que tu vida cambió, en que naciste de nuevo. Entonces, "como un hijo obediente, no te conformes a los deseos que antes tenías estando en la ignorancia; sino, como aquel que te llamó es santo, se también tú santo en toda tu manera de vivir" (1º Pedro 1:14-15).

Si esta es la primera vez que te encuentras con esta novedad de vida, ten esto presente:

"Esta es una estación de partida. Hacia un camino que sólo Él conoce, hacia un territorio todavía enteramente sin explorar.
¿Quieres descubrir este mundo nuevo?
Ánimo, en marcha".
(Todas las citas corresponden a: Pronzato, Alessandro. El acoso de Dios. Salamanca, Sígueme, 1974. 311 p.).

Tienes una nueva vida por vivir, libre de los errores del ayer, con la constante compañía de Cristo como tu amigo y tu guía, mostrándote el camino.

Señor, gracias por tu Palabra. Gracias por tu sacrificio en la cruz, que nos libra de pecado. Ayúdanos a vivir esta nueva vida de manera digna. En el nombre de Jesús, amén.