"No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación de todo aquel que cree". (Romanos 1:16)

abril 01, 2010

El advenimiento de la luz

"En el principio era el Verbo, el Verbo estaba frente a Dios y el Verbo era Dios (...) En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres (...) La luz verdadera que alumbra a todo hombre venía a este mundo (...) Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros lleno de gracia y de verdad; y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre (...) `Nosotros mismos hemos oído y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo´ (...) Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo:`Padre, la hora ha llegado: glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti, pues le has dado potestad sobre toda carne para que dé vida eterna a todos los que le diste. Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciera. Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo existiera´ (...) Entonces la compañía de soldados, el comandante y los guardias de los judíos prendieron a Jesús (...) Lo crucificaron (...) E inclinando la cabeza, entregó el espíritu (...) Tomaron, pues, el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en lienzos con especias aromáticas (...) El primer día de la semana, María Magdalena fue de mañana, siendo aún oscuro, al sepulcro, y vio quitada la piedra del sepulcro (...) Llegó Jesús y, puesto en medio, les dijo: `¡Paz a vosotros´" (extractos del Evangelio según Juan).