"No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación de todo aquel que cree". (Romanos 1:16)

junio 04, 2004

La fe en el poder de Dios

La primera epístola a los Corintios, en el versículo 5 del segundo capítulo dice:

"Vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios".

Cuando leí esto me quedé pensando en su significado. "¿Cómo puede nuestra fe estar basada en el poder de Dios?", me pregunté. Entonces, traté de descifrar aquello que este versículo quería decir palabra por palabra. Esto fue la conclusión a la que llegué:

Comienza diciendo "vuestra fe...". La definición de fe la encontramos en Hebreos 11:1: "Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve".

Entonces, nuestra certeza y convicción deben estar "fundadas en el poder de Dios".

¿Qué es "poder de Dios"? Es el evangelio, según afirman Romanos 1:16 y 1º Corintios 1:18. Pero, ¿qué es el evangelio? El evangelio son las buenas noticias. ¿Cuáles? La gracia, la salvación, la vida eterna.

¿Cómo quedaría, entonces, el versículo? Más o menos así:
"Vuestra certeza y convicción deben estar fundadas en la salvación". Esto es porque Cristo vino al mundo para salvación y no para condenación.

Estén, entonces, nuestra certeza y convicción en Cristo, el autor de la salvación.