"No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación de todo aquel que cree". (Romanos 1:16)

junio 03, 2004

Lo esencial es invisible

En el mundo, hay dos tipos de personas que no conocen a Cristo: Aquellos que necesitan ver y aquellos que precisan entender. El apóstol Pablo lo explicó así en la primera epístola a los Corintios, capítulo 1 versículo 22:

"Los judíos piden señales, y los gentiles buscan sabiduría".

Nosotros tenemos un problema con esto, y es que muchas veces queremos demostrar o explicar a Dios y su gracia, cuando lo único que nos debemos hacer es, como continúa diciendo Pablo en el versículo siguiente, "predicar a Cristo crucificado".

Es por esto que "el mensaje de la cruz es una locura para los que se pierden" (1º Corintios 1:18a), porque no lo pueden tocar, ver o inteligir.

Romanos 11:32 dice: "Dios sujetó a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos". Esto mismo es lo que es una locura. No puede concebirse la idea en la mente humana de que Dios ama y perdona por igual a todos, ya sean asesinos, violadores o simplemente mentirosos. Galatas 2:6 dice: "lo que hayan sido en otro tiempo nada importa, Dios no hace acepción de personas". Es una locura para quien no cree.

Para los que creemos, el mensaje de la cruz es, en cambio, "poder de Dios", como concluye el versículo 18 de 1º Corintios. Espero que a través de nuestras vidas podamos agregarle lo que dice Romanos 1:16: "para salvación de todo aquel que cree".

No importa si nos piden ver. No importa si necesitan entender. "Nosotros predicamos a Cristo crucificado".