"No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación de todo aquel que cree". (Romanos 1:16)

mayo 22, 2004

La espera en el Señor

Dios trabaja continuamente en nuestras vidas para perfeccionarlas.
Me imagino a Dios mirándonos día y noche, pensando qué cosas necesitamos que nos ocurran para que nos autosuperemos. Esto es: para que podamos incrementar nuestra capacidad de amar, para que tengamos menos dudas y por ende más fe, para que Dios corra dentro nuestro como un río de agua viva.
Muchas veces necesitamos una palabra de aliento, un mimo, una expresión de gracia (regalo inmerecido); y Dios nos da esas cosas. Otras, precisamos que simplemente se nos ignore, que el silencio sea toda la respuesta que nuestras preocupaciones reciban; y Dios sabe cómo callar cuando nuestra alma no es capaz de oír su voz. Y, a veces, requerimos de una sacudida, de un golpe que nos haga reaccionar, que nos despierte del letargo en el que solemos entrar como nos dejamos arrastrar por la apatía; y Dios -definitivamente- también sabe cómo llamar nuestra atención cuando el objetivo se nos va de foco.
Estas cosas -ya sea el regalo, el silencio o los sacudones- deben alegrarnos, porque son algunas de las maneras en que Dios demuestra su amor:

“También nos regocijamos en nuestro sufrimiento, porque sabemos que el sufrimiento produce perseverancia; la perseverancia, entereza de carácter; y la entereza de carácter, esperanza. Y la esperanza no nos decepciona”, dice Romanos 5:3-5a.

La más difícil de aceptar es el dolor. Sin embargo, como cristianos, tenemos la esperanza de que esos malos tragos tienen un propósito en nuestras vidas: "Sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien", afirma Romanos 8:28.
Y lo más importante, es que esa "esperanza no nos decepciona, porque Dios a derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado".

Ya sea en medio de bendición, de aparente indiferencia, o de sufrimiento, esperemos en el Señor. Él nunca nos defraudará, porque su fidelidad es para siempre.