"No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación de todo aquel que cree". (Romanos 1:16)

mayo 30, 2004

La mañana se acerca

El tiempo de la segunda venida de Cristo se acerca. Es por ende nuestra obligación vivir en santidad y llevar las buenas nuevas a quienes no las recibieron. Este pasaje de Romanos 13, del versículo 11 al 14, lo ilustra perfectamente:

"Entiendan el tiempo en que vivimos. Ya es hora de que despierten de su letargo, pues nuestra salvación está ahora más cerca que cuando inicialmente creímos. La noche está por terminar; el día casi está aquí. Por eso, dejen a un lado las obras de la oscuridad y pónganse la armadura de la luz. Compórtense decentemente, como a la luz del día, no en orgías y borracheras, ni en inmoralidad sexual ni libertinaje, ni en disensiones y envidias. Más bien, revístanse ustedes del Señor Jesucristo, y no piensen en cómo satisfacer los deseos de la naturaleza pecaminosa".

El versículo 12 es uno de los más hermosos de la Biblia: "la noche está por terminar; el día casi está aquí". Esta afirmación nos da una necesidad de urgencia.
Dice: "el tiempo es poco, ya casi termina". Debemos apurarnos, entonces, a "revestirnos de Cristo y dejar las obras de la oscuridad" y a llevar esta luz a cada rincón oscuro de nuestra vida y de nuestro entorno.

"No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree" (Romanos 1:16). Qué difícil afirmar esto con sinceridad.

Pensemos que la mañana se acerca y dejemos atrás todos nuestros miedos y prejuicios. "Ya se acerca el día".