"No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación de todo aquel que cree". (Romanos 1:16)

mayo 27, 2004

Pureza de corazón

La única forma de alcanzar a Dios es a través de nuestro corazón, porque eso es lo que Él mira.

"No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón", dice 1º Samuel 16:7.

A Jesús le importa por qué hacemos las cosas, no qué hacemos. A Él le importa más la intención que los resultados. Lo que busca son corazones humildes que lo busquen y lo amen.

"Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación" (Romanos 10:9-10).

Confesar con la boca y creer con el corazón es básicamente lo mismo: "porque de la abundancia del corazón habla la boca", dice Mateo 12:34. En ambos casos se trata del corazón.

Mateo 6:36 dice: "buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas las cosas os serán añadidas".

¿Cómo se busca el reino de Dios y su justicia? Sencillo, con el corazón, porque "con el corazón se cree para justicia".

Es importante que entendamos que Dios busca humildad y sencillez, nada más. Por eso es que la intención del corazón es lo único que alcanza. Las construcciones intelectuales y los sacrificios físicos son inútiles. El único camino para ser aceptado por Dios es a través de la pureza de corazón.

Busquemos verdaderamente -de corazón- a Dios, que como dice su Palabra, "todas las cosas nos serán añadidas".